Qué es la Violencia Obstétrica
Tipos de violencia oculta: el maltrato obstétrico
Podría ser considerada la violencia obstétrica como una de las violaciones a los derechos humanos, y una transgresión a la no discriminación, a la libertad y a la seguridad de la persona. Clasificando a la violencia obstétrica como un tipo de violencia de género institucionalizada y simbólica.
¿A qué se refiere?
La Violencia Obstétrica se refiere al conjunto de prácticas y conductas de acción directa u omisión que las mujeres que están embarazadas reciben por parte del personal de la salud en el ámbito público o privado, que afecte a su cuerpo y los procesos reproductivos, generándose un trato abusivo, violento o deshumanizado, medicalización injustificada, intervenciones a nivel quirúrgico y a patologización de procesos que son naturales, que degrada, oprime e intimida a las mujeres de distintas maneras dentro de la atención a su salud reproductiva, durante la gestación, el parto y el puerperio.
Efectos de la violencia obstétrica sobre la mujer
La maternidad es un momento de gran impacto emocional en la mujer, en este momento se acumulan numerosos cambios a nivel físico y psicológico.
Todos los cambios a nivel hormonal, en el cuerpo, la preparación emocional para cambiar de rol, hacia el ser madre, la reorganización de la vida y las rutinas, la repercusión en: las relaciones con otras personas del entorno familiar de la mujer, su pareja…, el entorno laboral etc… Hacen que esta etapa pueda ser una de las más difíciles, debido a la exposición a situaciones que pueden generar en las mujeres sentimientos de indefensión, vulnerabilidad, incomprensión, soledad etc…
En numerosas ocasiones se tiende a idealizar todo lo que rodea a la gestación y el momento del parto, pero muchas experiencias demuestran lo contrario.
La sociedad y cultura en la perpetuación de la desigualdad de los mandatos de género y roles entre los hombres y las mujeres ha callado estas experiencias de violencia obtétrica durante muchísimos años, empezando hace realmente poco a nombrarlo a ser reconocido y hablar de ello.
Los movimientos feministas, los avances de la medicina y la psicología han promovido y visibilizado en el debate social público una realidad silenciada que ha afectado a miles de mujeres en el mundo: hablamos de la violencia obstétrica.
No se trata de poner en cuestión los conocimientos y práctica que tienen los profesionales de la salud, en el desempeño del ejercicio correcto de su profesión, se trata de poner el foco en los procedimientos y tratos recibidos por las mujeres en esos procesos que, mal gestionados, pueden provocar secuelas físicas y psicológicas a la mujer, siendo esto el motivo por el que la atención ginecológica y obstétrica que reciba durante ellos, debe ser cuidadosa, respetuosa y enfocada en su salud y al de su bebe.
CLAVES PARA DETECTAR LA VIOLENCIA OBSTÉTRICA
A continuación se enumeran manifestaciones de la violencia obstétrica:
- La no atención de forma eficaz de emergencias obstétricas, restándole en ocasiones importancia a lo que cuentan las mujeres.
- Tactos vaginales realizados por más de una persona, sin información previa del motivo de las mismas.
- Obligar a las mujeres a tomar posiciones incomodas, si hay por el tipo de parto otras alternativas.
- No dejar que se dé el apego precoz del bebe con su madre, sin causa justificada, negándole la posibilidad de cogerlo y amamantarlo, no haciendo posible el primer contacto piel con piel.
- El uso de técnicas de aceleración del parto, sin la información y consentimiento voluntario y expreso de la mujer.
- La realización de cesárea sin verdadera justificación médica o el suministro de medicación innecesaria, cuando hay condiciones para el parto natural
- Realización de episiotomía como procedimiento de rutina, el uso de fórceps, la maniobra de Kristeller (consiste en que los sanitarios presionen y empujen el abdomen de la mujer durante el momento el expulsivo), el raspaje de útero sin anestesia.
- La violencia obstétrica psicológica se manifiesta en un trato deshumanizado, infantil, paternalista, autoritario, despectivo, humillante, dándose incluso insultos verbales, despersonalizados o vejaciones
En las manifestaciones de las mujeres que han sido víctimas de la violencia obstétrica, aseguran tener sensaciones que impactan en su bienestar emocional, pudiendo generar traumas emocionales al percibir que hacen con ellas lo que quieren, como si el cuerpo no les perteneciera.
Denuncian que, sienten haber perdido el derecho sobre su propio cuerpo y que se justifica el uso de cualquier práctica médica, por muy dolorosa y humillante que pueda ser, usándose como argumento que todo vale por el simple hecho de salvar la vida al bebe.
Juntándose con lo anterior la ausencia de una información adecuada de los procedimientos, dejándolas relegadas a meras incubadoras o “úteros con patas”.
Después de leer esto, me es muy difícil no irme a escenas de series y películas que acercan tiempos muy muy antiguos donde los médicos de las ciudadelas alertaban de la dificultad de la llegada del bebé y se decidía la muerte de la madre en favor del alumbramiento.
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Desde la OMS, se hace un llamamiento a los gobiernos, en la necesidad de destinar recursos para la investigación de la violencia obstétrica. Por el momento, este es el único camino para comprender el alcance de esta realidad silenciada y las consecuencias que esta conlleva para las madres y sus bebés.
Se pide la implantación de programas que favorezcan una atención sanitaria de calidad a las mujeres gestantes como algo que es urgente, de forma que el respeto hacia sus cuerpos y necesidades sea el foco principal.
¿Qué tratamiento se necesita para superar la violencia obstétrica?
Las secuelas psicológicas de sufrir maltrato Obstétrico durante el parto van desde la depresión postparto a cuadros de ansiedad, fóbico o evitativos, y al trastorno de estrés post-traumático.
Se produce un impacto psicológico muy alto, trauma, sufrimiento psíquico y/o dificultad para integrar o asimilar la experiencia, puesto que se siente vulnerable, vive daño o amenaza hacia sí misma y hacia su bebé.
Se necesita el acompañamiento y ayuda de un/a profesional de la psicología para poder hacer frente a síntomas que se dan como ; flashbacks, pesadillas , recuerdos invasivos y desagradables.
Estos síntomas se disparan ante la imagen de una mujer embarazada, la ruta por donde se va al hospital en el que la atendieron, un olor particular, o un sonido que tuvo lugar mientras se vivía la situación traumática, una aproximación sexual genital, etc.
Aparición de sentimientos de indefensión y culpa, buscando el fallo de su conducta donde desde su fantasía se produzca un resultado diferente al que sucedió, pensando que pudieron haber hecho tal o cual cosa, lo que no dijeron, a lo que no se atrevieron, lo que se les pasó o ante lo que se encontraron paralizadas…
Se podría comparar sin irse muy lejos al cuadro psicológico que desarrolla una persona que ha sido víctima de abuso o agresión.
Es necesario poder abordar el gran malestar: tristeza, angustia, rabia, embotamiento emocional; conductas evitativas de todo aquello que pueda recordar la experiencia vivida. Desde un espacio contenedor para hablar de esta experiencia, seguro, confidencial, libre de juicios, como es el espacio terapéutico
La Violencia Obstétrica sí, es real, si, existe, y puede ser implacable y destructora del bienestar psicológico de las mujeres.
Así que si estás leyendo este articulo y te reconoces o reconoces a alguna mujer cercana a ti que sufre o ha sufrido violencia obstétrica, puedes ponerte en contacto con nuestro centro
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Autora: Laura Marlasca
