Apoyo psicológico a trabajadores que no hacen cuarentena, Covid-19

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CUIDAR A QUIEN NOS CUIDA, APOYO PSICOLÓGICO PARA TRABAJADORES QUE NO PUEDEN HACER LA CUARENTENA POR CORONAVIRUS

Trabajadores que nos cuidan ante el confinamiento por Covid-19

En estos días del coronavirus, en los que la vida de millones de personas ha cambiado, en los que en muchos casos se han paralizado sus rutinas debido al COVID-19, existen personas que siguen en sus puestos de trabajo, día a día, sin descanso, para que a todos los demás, que sí podemos quedarnos en casa, nos afecte lo menos posible y podamos seguir realizando nuestras actividades.

Personal sanitario y no sanitario de los centros hospitalarios, transportistas, trabajador@s relacionados con el sector alimenticio (dependient@s, reponedor@s, agricultor@s, teleoperador@s) y seguro que hay algún puesto más de trabajo que se me queda por nombrar. Personas que, en muchos casos, como hemos podido ver, no están siendo debidamente protegidas frente al virus y están expuestas a un posible contagio ellos y sus familiares.

En el mejor de los casos (y es lo que les deseamos tod@s) no se contagiarán, pero ¿qué ocurre con la salud mental de estas personas? ¿cómo están viviendo lo que está pasando del coronavirus? ¿qué consecuencias tiene el ir a trabajar en su vida cotidiana? Serán muchas las emociones, sentimientos y pensamientos que sufrirán estas personas.

 

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Consecuencias psicológicas para los trabajadores que no pueden hacer la cuarentena en casa

En el puesto de trabajo:

El control de las propias emociones y el poder regularse junto a sus seres queridos y/o compañeros de trabajo, se ve afectado de un modo u otro, como nos sucede a todos. Durante los primeros días, el enfado seguramente será el sentimiento más frecuente en el puesto de trabajo, unido a una enorme frustración por tener que acudir y exponerse a un posible contagio por covid-19.

A esto puede sumarse la preocupación por el resto de la familia que se queda en casa y es acerca de contagiarles de coronavirus a ellos. En estos primeros momentos y dependiendo del tipo de personalidad de cada trabajador, la persona podrá poner en marcha los procesos habituales de afrontamiento emocional, ahora exigidos al máximo en esta situación.

Realizar las tareas laborales de forma efectiva en estas situaciones, supone un sobreesfuerzo a nivel mental y en muchos casos también físico, no poder contar con la ayuda de compañer@s por mantener las distancias, ver a los demás con una protección insuficiente o inadecuada en su trabajo, hacen que estas personas estén a veces constantemente pensando en los riesgos de contagio por coronavirus, o por el contrario, evitando pensar en la situación a la que están expuestos, para poder continuar.

A medida que los días pasan, estas personas se encuentran mental y físicamente más agotadas. Las situaciones de tensión en el trabajo se pueden intercalar con otras tensiones de la vida personal o familiar, en las que se puede sentir impotencia, rabia, miedo por uno mismo, por sus familiares, la tristeza por la situación que se está viviendo.

 

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¿Qué ocurre en casa? ¿Cómo se les puede ayudar?

Cuando estas personas llegan a sus hogares, es cuando se supone que pueden permitirse parar, es cuando se encuentran en un lugar seguro en el que poder expresar como se están sintiendo y como están viviendo esta situación.

Pero en muchas ocasiones esto no ocurre por diferentes motivos, como son llegar a casa y estar solo@s o encontrarse a su familia que lleva días de confinamiento en casa, con sus necesidades y demandas particulares.

Las dos situaciones son diferentes, pero en ambos casos hay que cuidar a esas personas para que puedan tener un espacio para poder hablar de cómo están viviendo la situación del miedo al contagio por coronavirus, que se sientan apoyadas, reconfortadas por los suyos sea en el mismo hogar o a través de una llamada.

La demanda dependerá del tipo de persona, pero lo más importante será la empatía de sus seres queridos, contar con un espacio donde les pueda apoyar emocionalmente y/o donde se les pueda permitir desconectar del trabajo diario.

En una situación como la que estamos viviendo, una situación de supervivencia, cada persona tenemos unas demandas diferentes de nuestros seres más allegados y estas pueden cambiar con mucha facilidad, porque tod@s estamos sometidos a mucha tensión.

Por esto es importante fomentar la comunicación y la escucha y con las personas que están trabajando, para que todos los miembros de un hogar, sea en el mismo espacio o separados puedan tener ese apoyo incondicional y recibir la motivación de los suyos para afrontar cada día.

Sentir que sus seres queridos están disponibles, dispuestos a escuchar, a respetar si necesitan estar un momento a solas o si por el contrario quieren estar todo el tiempo acompañados. Respetar sus momentos, no se trata de olvidarnos de nuestras necesidades, sino de fomentar la comprensión y estar atentos a las señales verbales y no verbales que recibamos.

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Posibles consecuencias de estar trabajando durante el estado de alerta por el COVID 19:

Los rituales estrictos de limpieza tanto en los lugares de trabajo, como antes de llegar a casa de estas personas, se pueden convertir en patológicos, llegar a ser obsesivos, por el miedo de contagiarse a ell@s mismos o a l@s demás, ocupando gran parte de sus pensamientos y con un grado muy fuerte de preocupación.

Los elevados y permanente niveles de estrés a los que están sometidas estas personas, pueden ser imperceptibles ahora mismo y únicamente ser visibles como cansancio, dolores musculares y/o de cabeza, pero a medida que la situación se prolongue o cuando todo esto pase y la activación disminuya, el estado de ánimo se verá afectado. Las somatizaciones aumentarán y la capacidad de gestionar sus propias emociones puede verse mermadas, pudiendo desarrollarse trastornos relacionados con el estado de ánimo como ansiedad y/o depresión.

Comprendemos que muchas personas que actualmente están trabajando no puedan permitirse este espacio en casa o no se lo puedan facilitar, por eso es importante buscarlo, si no es dentro de casa fuera, porque a nivel físico y mental las consecuencias pueden ser muy graves, pudiendo llegar a desarrollar trastornos de estado de ánimo, como ansiedad, depresión, etc.

Tod@s necesitamos ayuda de una u otra forma en esta situación, de esta salimos tod@s juntas. Por eso desde CEPSIM, enviamos nuestro aplauso a tod@s los profesionales encargados de cuidarnos en la primera línea y si os pedimos que además de protegeros físicamente del contagio, os cuidéis mental y emocialmente. Aquí estaremos para acompañarles.

 

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Autora: Oceania Martín Recio

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