Qué son las red Flags: nuestras banderas rojas

Las red flags

¿Qué está pasando con el concepto “red flags”?

Todo lo que necesitas saber para tener relaciones sociales sanas y satisfactorias. Nuestras Red Flags o banderas rojas.

El término red flag se ha popularizado mucho en los últimos tiempos a través de las redes sociales principalmente.

Esta presencia tan grande en el ámbito público ha provocado que se haya incluido en nuestras conversaciones habituales con nuestros amigos y conocidos.

Qué son las red flags o banderas rojas

Inicialmente el término Red Flag se comenzó a utilizar para visibilizar las conductas concretas implicadas en las relaciones de violencia de género, pero rápidamente mucha gente se apropió del término y eso enmarañó su significado.

De hecho, ya cada vez que veo una publicación sobre ello, tiemblo pensando en lo que me voy a encontrar.

El concepto intenta delimitar una serie de conductas, que sirvan como señales para alertarte o advertirte, y que se pueden dar en cualquier tipo de relación interpersonal, aunque en redes sociales suelen enfocarse más en las relaciones de pareja.

Es comprensible que esto haya sido así, ya que la influencia que le damos a una pareja tiene un papel muy importante en nuestras vidas.

Además, yo creo que se ha popularizado con relación a las parejas porque es uno de los vínculos más fáciles de sustituir si te das cuenta a tiempo.

Me explico: tanto familia como compañeros de trabajo o jefes son relaciones de las que no nos podemos separar tan libremente ya que llevan algún tipo de carga, ya sea emocional en el primer caso, como económica, en el segundo.

Respecto a los amigos, nos cuesta tomar la decisión de abandonar una amistad por el dolor que implica, ya que son relaciones más tolerables al no darse de forma constante en nuestras vidas.

Un ejemplo muy claro de estas conductas fuera del ámbito de la pareja podrían ser todo comportamiento machista, racista o homófobo, pudiéndose dar en cualquier ámbito social.

Si alguna de estas personas cercanas ejecuta este tipo de conductas también puede afectarnos y repercutirnos a largo plazo, igual o incluso más, que si se dan en una pareja.

Por eso es importante prestarle atención en todas nuestras interacciones sociales, para conseguir que sean lo más sanas y satisfactorias posibles.

Poner límites, Las red flags o banderas rojas

Nuestros límites, nuestras banderas rojas

Por tanto, como el término red flag se aplica para cualquier tipo de relación, así lo voy a tratar a lo largo de este artículo.

En términos generales todas las conductas que aunamos bajo el concepto de las red flags se caracterizan porque implican una falta de respeto a otra persona.

Voy a enumerar unos cuantos ejemplos, para que sea más claro:

  • Falta de apoyo. Ignora o no valora tus avances personales o profesionales.
  • Falta de interés tanto en ti, como en tus opiniones e ideas y/o en pasar tiempo contigo.
  • Falta de confianza, ya sea en reacciones celosas o exigiendo información para quedarse tranquila la otra persona.
  • Desvalorizaciones a través de comparaciones con otras personas o per se y tanto en privado como en público.
  • Comentarios o respuestas que te hacen daño como reacciones violentas o agresivas y, en ciertas ocasiones, comentarios sarcásticos o irónicos.
  • Intentos de traspasar los límites que le pones.
  • La más importante y definitiva: No te sientes seguro/a con esa persona. Ya sea porque no es consistente en lo que te muestra o porque ya tienes reacciones de alerta ante esa persona.

Realmente no quiero que te quedes con estos ejemplos como si fueran los 10 mandamientos de las red flags.

Lo importante es que, si tú no te sientes respetado/a con lo que ha pasado, lo confrontes con la persona que tienes delante de la forma más educada y sincera posible, como te voy a mostrar a continuación.

¿Para qué existen estas señales de alarma?

Son útiles para detectar conductas que son dañinas hacia nuestra persona y, por tanto, peligrosas para nuestra integridad psicológica.

Ser conscientes de esta alerta (red flag) nos va a ayudar a poner una serie de procedimientos en marcha con la finalidad de protegernos de ellas.

La otra persona puede ser consciente de cómo nos puede afectar o no. Por ello, es importante que podamos realizar el siguiente análisis:

  1. Identificar la conducta concreta que nos ha dañado.
  2. Cómo nos sentimos exactamente nosotros en esa interacción social.
  3. Qué queremos y podemos hacer al respecto con la otra persona.
  4. Realizar la confrontación adecuada. Esto implica explicarle qué nos ha molestado y darle la oportunidad de disculparse y reparar el daño.
  5. En esta misma interacción, a ser posible, es importante poner los límites necesarios a esa persona para que no se repita. En otras palabras, defendernos y cuidarnos.
Pon límites, conoce tus banderas rojas

Me parece importante resaltar de nuevo que esta señal de alerta la puedes sentir con prácticamente cualquier persona, en cualquier momento.

Todos tenemos un mal día y podemos estar más irascibles. Esto nos llevará a ser menos empáticos y tener menos consideración con la persona que tenemos delante e, inevitablemente, a faltarle al respeto.

Esto no implica que tengas que cortar la relación ahí, ni que la persona que tienes delante ni la relación con ella sea tóxica.

Es importante que realices el análisis que te he comentado para resolver el daño y saber su se a pasado una de tus red flag.

Esto nos incluye a nosotros mismos, no solo a los que nos rodean.

Estas señales podemos vigilarlas también en nuestra propia conducta, desde un análisis sincero y de esta forma, ayudarnos a nosotros mismos a mejorar en nuestras relaciones sociales.

La detección de estas señales o red flags, en una relación no implica necesariamente que estés en una relación tóxica o de violencia.

Podríamos empezar a hablar de relaciones dañinas cuando estas conductas se repiten con cierta frecuencia y todos los esfuerzos que haces en poner límites no tienen resultado.

Aun así, hay que tener cuidado al usar el término porque debido a esta popularización, en muchas ocasiones llegamos a usarlo con desconocimiento y haciendo más daño que bien a la persona con la que estamos hablando.

En contraposición a este término también se acunó las green flags que serían las conductas opuestas a las ya comentadas, que favorecen relaciones sanas y de calidad.

Lo más importante para tener en cuenta es que este término se refiere a conductas concretas que todos podemos realizar en un momento determinado que podemos estar más irascibles o ansiosos y no tiene por qué convertir a la persona en un sujeto tóxico como se podría llegar a decir también en las redes sociales.

Estar alerta ante estas señales en nuestro círculo social tanto en los otros como en nosotros mismos es importante para crear espacios seguros donde crecer juntos.

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Autora: Elena Capelo

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