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CELOS PATOLÓGICOS Y DELIRANTES

CELOS U OBSESIÓN/DELIRIO. LA CELOTIPIA DELIRANTE

Qué son los celos y la celotipia patológica

¿Qué son los celos?, ¿Cuándo una persona es celosa? ¿Cuáles son celos buenos y celos malos? ¿Existen celos buenos? ¿Cómo puedo controlar y manejar mis celos? ¿Qué hacer si vivo cerca de una persona celosa?

Para empezar a responder a las preguntas surgidas comenzaremos por saber que significa “Celos”. Según la definición de la RAE (diccionario de la Real Academia de la Lengua Española), la palabra celo/celos es entre otras:

  • Cuidado, diligencia y esmero que pone una persona o personas  en hacer algo”.
  • “Interés extremado y activo por una causa y/o por una persona”.


Y también los celos es;

  • “sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño poniéndolo en otra persona”.
  • “envidia del bien ajeno o recelo de que el propio o pretendido sea alcanzado por otra persona.

Leyendo lo anterior se puede observar como esta palabra se  mueve en un amplio espectro dentro de connotaciones, sentimientos positivos y negativos.

Es importante señalar que dichas reacciones, son manifestadas en diferentes situaciones con factores multicausales y responden a diversas motivaciones según persona, lugar y momento vital.

A través de este artículo pretendemos ir identificando los diferentes tipos de celos que se pueden producir en las relaciones y/o vínculos  con las personas de nuestro entorno, las características de los mismos y cuando estos celos dejan de ser un sentimiento, reacción emocional normalizada y son un rasgo de una estructura de personalidad o se convierten en un trastorno denominado celotipia.

Se considera que una persona es celosa cuando se dan:
 

  • Reacciones emocionales normales con carácter, puntual, transitorio, no son condicionantes de la vida del/la individuo ni de las personas que le rodean normalmente. Se traducen como, un agravio comparativo hacia el concepto que tenemos de nosotras/os mismas/os (autoimagen), sentimiento de inferioridad, no reconocimiento, injusticia, amenaza ante el propio desarrollo del proyecto vital propio en comparación con el ajeno… y se desencadena ante el éxito social, laboral y familiar de la otra persona y/o grupo de personas.

  • Reacciones emocionales intensas hacia la relación que se tiene con personas concretas. Pueden darse en relaciones infantiles y adolescentes entre hermanas/os y grupo de iguales como lucha para ser el foco de atención y cuidado, además de la necesidad de sentir ser parte importante del grupo en el caso de ser relación entre iguales. Durante las relaciones de pareja puede aparecer en situaciones de crisis, fruto de la desconfianza y pérdida de la imagen de continuar siendo atractiva/o para que la relación de pareja se mantenga. Este tipo de celos se basan en situaciones concretas, donde existe el componente posesivo y exclusivo de la relación, y el mantenimiento o solidez de la misma está muy influido por factores externos.

  • Como rasgo de personalidad, son personas suspicaces, desconfiadas, controladoras, manipuladoras emocionales, estrategas/calculadoras, que perciben amenazas sin causa u objeto aparente, con una gran convicción que su verdad es la única “verdad” (razonamiento axiomático), las cuales producen relaciones interpersonales difíciles, incómodas, que condicionan la vida de la persona y de quienes viven a su alrededor en sus diferentes áreas; social, laboral y familiar.

Diariamente nos encontramos situaciones, noticias… donde los celos generan conductas temerarias, agresiones, peleas y homicidios, donde es protagonista la percepción y sensación de miedo e inseguridad ante la pérdida del afecto y la relación con la persona foco de nuestro interés, bajo la normalidad de las relaciones de pareja.
 
Se pueden dar tanto en mujeres, como en hombres, en el caso de estos últimos, sumado a una construcción social y cultural, es pilar indiscutible de las violencias machistas y responde a la idea de que la persona “amada” desde un concepto erróneo del amor, con la que tenemos una relación, nos pertenece, es objeto de nuestro poder y dominación.

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Cualquier conducta manifiesta de autonomía es traducida y vivida como sospechosa, con carácter oculto y de infidelidad/traición, no está basada en datos reales, y produce ideaciones persecutorias y delirantes que hacen que la persona una y otra vez se vea atrapada y convencida de que está siendo engañada.

Necesitando encontrar pruebas ya sea persiguiendo a su pareja, mirar su ropa, sábanas e identificando olores, registrando sus pertenencias, móvil u ordenador que confirmen y sostengan esta sospecha, y que desencadenan conductas de control y agresividad desmesurada. Pueden ser celos hacia personas del entorno actual de la pareja, y/o del pasado como antiguas parejas, a esto se les llama celos retrospectivos.

Es entonces cuando hablamos de celos patológicos y se encuentran dentro de un cuadro de trastorno delirante celotipia”, o también denominado Síndrome de Otelo, que si se me permite el apunte, es un claro ejemplo de la referencia que aparece en el párrafo anterior ya que se denominó así a este síndrome al tomar el nombre de una obra de Shakespeare, “Otelo” el cual mata a su mujer Desdémona poseído por unos celos enfermizos , respuesta de un delirio el cual sufre al estar firmemente convencido de que ésta le era infiel.

CONOCE MÁS SOBRE EL SÍNDROME DE OTELO, ENTRANDO EN ESTE ENLACE

Hasta nuestros días en pleno siglo XXI aún se sigue viendo en el modo de comunicar de la sociedad, cómo siguen vinculándose de manera exclusiva a las pasiones del corazón, o comportamientos y crímenes pasionales en vez de tratarlos como patología. Y cómo se pone en marcha al servicio de la celotipia, del concepto de amor romántico, que más allá de ser amor y de ser romántico, es supresor, limitante y maltratador.

Tratamiento de la celotipia o de los celos patológicos

Los celos son autodestructivos, causan malestar, angustia, tristeza, estrés, nerviosismo, dolores de cabeza y hasta pueden ocasionar problemas más graves. Cuando son recurrentes, torturadores hacia uno mismo y hacia la pareja y no se pueden canalizar, manejar y controlar habría que ponerse en manos de profesionales para encontrar las causas dentro de una terapia y podría ser necesario incluso por su carácter extremo, el tratamiento con medicación.

Durante el proceso terapéutico la persona tendrá que tomar conciencia de la existencia de la idea delirante como una creencia y no como un hecho objetivo, que ese delirio es causante de las perturbaciones que está padeciendo y no su pareja y los comportamientos que ella/él tenga.

Como se ha dicho en este artículo el miedo, la inseguridad y la necesidad de tapar una sensación de inferioridad unida a la idea de que la persona “amada” (en una errónea construcción del amor”) es de nuestra posesión, además del convencimiento de que ambas personas empiezan y terminan en su relación, que ambos son parte de un todo y que el uno sin el otro no es capaz de vivir, produciéndose una relación de dependencia, tóxica y no saludable; será clave para que disminuyan los celos obsesivos y patológicos.

A modo de conclusión, terminamos con una frase que nos lleve a la reflexión.

  • “Los celos son un medio inútil para preservar el amor, pero es un medio bastante útil para destruir el respeto hacia nosotros mismos”. Emma Goldman.

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Autora: Laura Marlasca
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