Maltrato infantil

VIOLENCIA HACIA LOS HIJOS-MALTRATO INFANTIL

QUÉ SON LOS MALOS TRATOS EN LA INFANCIA

Hasta hace relativamente pocos años, se entendía la violencia hacia los hijos como un acto únicamente físico. 

Por suerte, eso está cambiando e incluso la definición de la OMS sobre malos tratos lo refleja, considerando que “El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.”

Con esta definición quedan tipificados malos tratos que no se consideraban con anterioridad y cuyas consecuencias pueden ser igual de destructivas para las personas que la violencia física.

Para poder hacernos una idea de las consecuencias que esto puede tener en la persona, es importante recordar la plasticidad cerebral y como vamos aprendiendo a medida que crecemos. Como somos más sensibles a acontecimientos y vivencias sobre todo si son muy intensas en las etapas más tempranas de la vida y la rapidez con que aprendemos.

Esto es muy beneficioso en un ambiente adecuado, pero en situaciones de malos tratos, esta inmadurez puede conllevar graves peligros para el desarrollo de la persona tanto a nivel cognitivo, como emocional y/o relacional, dejando importantes secuelas en la persona.

Pongámonos por un momento en la piel de un niño, de una persona indefensa ante el mundo, que carece aún de las habilidades necesarias para poder resolver conflictos y gestionar sus emociones, que crece en un ambiente en el que existe abuso, maltrato psicológico y/o físico, negligencia, abandono, cualquier tipo de maltrato ¿qué puede hacer? Carece de los recursos necesarios, no puede afrontar la situación y se adaptará al ambiente en el que vive a través del trauma, de secuelas que pueden permanecer invisibles ante los demás y cuyas consecuencias pueden ser nefastas para su vida cotidiana y para su desarrollo personal, laboral y/o social.

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Consecuencias de los malos tratos

Cada persona es diferente y nacemos con una serie de cualidades innatas que se verán afectadas ante esta situación, así como las cualidades adaptativas que vayamos aprendiendo. Por eso, vamos a agrupar las consecuencias que podemos observar, en función del tiempo de evolución de los malos tratos en la persona.

A corto-medio plazo:

  • Físicas: Principalmente cuando el maltrato incluye violencia física se observarán lesiones como hematomas, quemaduras, fracturas sin motivo aparente, el síndrome de Munchausen.

  • Somatizaciones: Consistentes en manifestaciones físicas del dolor emocional, como pueden ser dolor de cabeza, vómitos, dolor abdominal, sin causa clínica aparente.

 Emocionales:

  • Inestabilidad emocional: Dificultad para transitar por las emociones, para poder comprenderlas, pasan de un estado anímico a otro sin poder controlarlo, sin entenderlo y resultando desadaptativo en muchas situaciones.

  • Desconexión emocional: Sobre todo cuando el maltrato es sufrido desde edades muy tempranas, la afectividad se verá seriamente dañada, pudiendo el menor disociarse para poder sobrevivir a la situación, afectando a su inteligencia emocional y a las relaciones con los demás.

  • Síntomas relacionados con ansiedad y/o depresión como cansancio extremo e inusual para su edad, estado de alerta permanente incluso cuando no haya ningún estímulo.

    Comportamentales:

  • Sueño: Alteraciones del sueño como pueden ser hipersomnolencia, sonambulismo, insomnio.

  • Hipersexualidad: Cuando la violencia ejercida sobre el menor es de carácter sexual, éste puede desarrollar conductas sexualizadas que no corresponden a su edad.

  • Control de esfínteres: Una vez ya ha adquirido se puede perder el control sobre la vejiga y el intestino.

  • Impulsividad: Pueden reaccionar de manera desmesurada ante situaciones como que otro niño les pueda quitar un juguete, perder en algún juego, mostrando dificultades principalmente en el control de la ira y en el desarrollo de la tolerancia a la frustración.

  • Aislamiento: Evitarán jugar con otros niños, relacionarse con los demás, permaneciendo la mayor parte del tiempo en soledad.

Cognitivos:

A medida que el razonamiento lógico se desarrolla en la infancia, vamos elaborando e interiorizando conceptos y creencias sobre nosotros mismos, siendo frecuentes porque se lo merecen, que no son de ellos, como por ejemplo no ser dignos de que alguien los quiera, que existe algo malo en ellos y merecen ser castigados, etc.

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A medio largo plazo (incluida la edad adulta):

  • Habilidades sociales: Cuando no han podido desarrollar este conjunto de conductas que les permitan interactuar de forma satisfactoria con los demás, presentarán un déficit de estas. Las consecuencias de esta ausencia pueden ser muy sutiles para los demás pudiendo por ejemplo parecer una persona introvertida o muy visible como pueden ser los casos con dificultad en el control de la ira o el aislamiento social.

  • Baja autoestima: A medida que se desarrolla la personalidad del niño, el concepto de sí mismo, su valía, su capacidad, se ven seriamente afectados por los malos tratos sufridos.

  • Hiperactividad: Desarrollando una actividad motora excesiva, que se puede acompañar con déficit de atención.

  • Déficit de autocuidado: Exponiéndose a situaciones de riesgo, manteniendo relaciones tóxicas, lesionándose, etc.

  • Consumo de sustancias: Para poder soportar los recuerdos de lo que han vivido, pueden refugiarse en las drogas y/o el alcohol, que mantenido en el tiempo puede desencadenar en diferentes adicciones.

  • Trastorno de estrés postraumático: A raíz de las vivencias experimentadas y de la intensidad de éstas, puede desarrollarse.

  • Trastornos del estado de ánimo: Las alteraciones emocionales, se mantienen en el tiempo y dificultan la vida cotidiana de la persona pudiendo padecer entre otros ansiedad y/o depresión.

  • Trastornos de personalidad: La ausencia de soporte externo pueden inducir a que a partir de la adolescencia y de la edad adulta, se puedan desarrollar trastornos mentales como pueden ser entre otros: trastorno antisocial de la personalidad, trastorno límite de la personalidad, trastorno obsesivo compulsivo, etc.

Con las consecuencias expuestas aquí, no queremos decir que una persona que haya sufridos malos tratos en la infancia no pueda llevar una vida feliz y sobreponerse a lo vivido. Todo lo contrario, se merece sanar su herida, superar el trauma y poder continuar con su vida. En la mayoría de los casos, las personas lo sufren en silencio, la vergüenza y la culpa los ahoga y no les permite pedir ayuda, cuando ellos no tienen de que avergonzarse. Por eso es importante contar con ayuda profesional para poder tomar las riendas de su vida.

PUEDES SABER MÁS SOBRE LAS CONSECUENCIAS DE LOS MALOS TRATOS EN LA INFANCIA.

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Autora: Oceanía Martín Recio
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