Dependencia emocional vs amor de pareja: descubre sus diferencias
Descubre las diferencias que separan el amar a tu pareja y ser dependiente emocional
Cuando pensamos en una relación de pareja, lo hacemos pensando en una relación basada en el amor, en el respeto, en la complementariedad, en la aceptación del otro con sus defectos y virtudes y en proyectos de futuro juntos. Pero en muchas relaciones de pareja, todo esto se ve ensombrecido por la dependencia de una de las partes, por el deseo patológico de estar siempre con la persona amada, por la idealización de la pareja y el olvido de uno mismo, por la necesidad de contacto permanente, etc. Cuando todo esto ocurre la relación se basa en la dependencia y no en el amor, como ya describí en otro artículo sobre dependencia emocional.
Parejas basadas en el amor
Todos hemos oído o incluso hemos dicho “Qué buena pareja hacen, con lo diferentes que son y qué bien se entienden”. Me parece una frase muy significativa con respecto a una relación de pareja sostenida en el amor mutuo. Cuando comenzamos a conocer a una persona de una manera más íntima, a nivel de pareja, encontraremos coincidencias y desavenencias con la misma, pero se irán solventado a medida que aumenta el entendimiento.
Podemos conocer mejor a la otra persona, ir compartiendo nuestra vida con esa persona y, poco a poco, esa relación que empieza se irá convirtiendo en amor, en un amor sano, basado en dos personas individuales que se conocen, se atraen y deciden comenzar una relación. Pueden ser dos personas muy diferentes y en efecto, cuando uno comienza una relación tiene que adaptarse a la otra persona, ambas lo tienen que hacer y por eso es tan importante complementarse, porque ambas personas crecen a nivel individual con la otra.
Parejas basadas en la dependencia emocional
Por otro lado, seguramente también hayamos escuchado “Cómo ha cambiado desde que tiene pareja, no parece la misma persona”. Son frases muy distintas, referidas a lo mismo, a una persona que está en una relación, pero entonces ¿cuál es la diferencia? Pues, en este segundo caso, me parece una frase que refleja muy bien lo que significa la dependencia en una relación. Deberíamos mirar con un poco más de atención a la persona de la que hablamos.
Es muy distinto adaptarse a otra persona con la que queremos compartir nuestra vida, que cambiar y perder nuestra esencia como persona, renunciar de manera voluntaria y a la vez inconsciente a lo que somos por mantener la relación. Vamos a verlo con algunos ejemplos sobre distintas situaciones de pareja para explicar con mayor profundidad, la diferencia entre amar y depender.
Pensemos en una pareja en la que uno de los dos ha sido muy promiscuo, ha tenido muchas relaciones esporádicas, sin comprometerse con ninguna, hasta que aparece una persona de la que se enamora y es fiel a su lado. En este caso una relación basada únicamente en el amor, asumirá la comunicación como su guía junto con la confianza, dejando de lado la vida anterior de las dos personas, comprendiendo que este momento es distinto y que emprenden un camino juntos, que podrá salir bien o mal, pero sin condicionarse, simplemente viviendo cada día y conociéndose.
Sin embargo si una de los personas tuviese el problema de la dependencia, aparentemente la relación podría basarse en lo que acabamos de comentar, pero en realidad sufriría mucha angustia cada vez que esté separada de su pareja, porque tendrá necesidad constante de contacto, no podrá disfrutar si no está con su pareja, porque tendrá pensamientos negativos que perturbarán cada momento que estén separados, como pensar que está con otra persona, que le está engañando, que no lo está suficientemente bien como para mantener a la persona amada a su lado y su felicidad estará basada en el grado de atención y respuesta a sus demandas de su pareja, porque esta persona valorará de esta manera el amor, en base a la atención que recibe, a la cantidad de cosas que hagan en común, aunque no le gusten pero se acabará convenciendo de que sí, porque lo verá como un logro, como algo normal.
Más diferencias entre amar y depender emocionalmente
Cuando una relación está basada en el amor, si por ejemplo la pareja decide salir a cenar por separado una noche con amigos distintos, ambos disfrutarán de la compañía de sus amigos y se divertirán. Si una de las dos personas padece dependencia, o pondrá una excusa y no irá, quedándose en casa, estando pendiente todo el rato del teléfono para poder comunicarse con su pareja, esperar a que venga o atormentarse acerca de lo que estará haciendo la pareja y de con quién estará, porque le resulta inevitable e incomprensible el pensar en hacer planes por separado.
Sí finalmente decidiese ir a la cena, sería incapaz de disfrutar, aparentemente seguro que lo disimularía, pero interiormente se encontraría muy angustiada y estaría pendiente del teléfono todo el rato, comprobando si tiene ba
tería, si tiene cobertura, si su pareja ha leído el mensaje que le ha enviado, etc., unas conductas realmente agotadoras de las cuales la persona no es consciente, es su manera de concebir la relación.
Cuando mantenemos una relación sentimental con otra personal, evidentemente tenemos que tener en cuenta a la otra persona en nuestro día a día, como por ejemplo para salir a tomar algo después del trabajo. Pero todos sabemos que a veces los planes no salen como queremos y en ocasiones hay que posponerlos.
En esta ocasión, una persona enamorada que no puede ver a su pareja, después de haber quedado con ella, porque a ésta le ha ocurrido un imprevisto, se sentirá triste y en parte decepcionada por las expectativas que había puesto en la situación, en poder verse, en contarse como ha ido el día, en compartir un rato de risas y de cariño, etc., pero a la vez no exagerará internamente ni externamente esos sentimientos, aceptará la situación con normalidad, comprendiendo que su pareja no le quiere menos por no verse ese día.
Una persona dependiente, ante la misma situación, se sentirá desbordaba, tendrá un sinfín de pensamientos sobre la situación, sobre lo que estará haciendo, si será verdad o mentira lo que le ha dicho, si entonces le ha dejado de querer, mantendrá contacto constante por el móvil y si no recibe respuesta, no valorará la posibilidad de que no haya podido responderle, sus pensamientos serán derrotistas, se sentirá mal y muy ansiosa de tener contacto con la pareja y seguramente se enfade mucho, pero no se lo dirá a su pareja, practicará el agrado y la sumisión para evitar que vuelva a ocurrir, sin darse cuenta que en muchas ocasiones las situaciones escapan de nuestro control.
Todas las personas somos diferentes y cuando comenzamos una relación, seguramente cada uno destaque por cosas distintas, por ejemplo uno es muy extrovertido y otro muy creativo, uno muy cariñoso y otro muy generoso o ambos de la mismas condición. Las cualidades, tanto positivas como negativas son lo que nos hace tan especiales y únicos a cada uno de nosotros.
Una pareja enamorada disfrutará sus pequeñas diferencias, por supuesto también existirán desavenencias y discusiones que podrán solucionar sin más contratiempos, se reirán uno del otro, siempre desde el respeto y desde el reírse de uno mismo primero, pero ¿qué pasa en este caso con una persona dependiente? Esta persona no disfrutará de estas pequeñas cosas, no se valorará de manera individual de una forma sana, lo hará desde el punto de vista de su pareja, es decir, si su pareja la describe como una persona cariñosa y lo describe como algo positivo, se lo creerá, sea o no así y lo fomentará sin ni siquiera plantearse si realmente es así.
Ni que decir tiene si lo que su pareja le comenta, lo percibe como algo negativo, como por ejemplo decirle a nuestra pareja que es gruñona, la magnitud con la que percibirá esto será desproporcionada, pero no lo dirá, buscará dentro de ella, que está haciendo mal, que es lo que tiene que cambiar para agradar, para que sea todo lo que esa persona quiere, incluso pudiendo llegar a convertirse en un doble de su pareja, porque está convencida de que así es como debe ser.
Esta persona no se plantearía en ningún momento que cosas buenas y malas han hecho que esa persona se enamore de ella, no se valorará de manera individual, sino que vivirá un amor idealizado, poniendo el foco de su vida en la otra persona y no en ambos como conjunto, padeciendo mucho más sufrimiento que felicidad, sobre todo por la falta de conciencia y por la negación a sí misma del problema y de la diferencia que existe entre lo que siente y el amor.
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Autora: psicóloga Oceanía Marín
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