Consejos holísticos para una vida sin ansiedad

CÓMO PUEDO COMBATIR MI ANSIEDAD: CONSEJOS HOLÍSTICOS PARA UNA VIDA SIN ANSIEDAD

 

Qué es la ansiedad

La ansiedad es uno de los problemas más frecuentes que los psicólogos nos encontramos en las consultas y los ansiolíticos son uno de los medicamentos más vendidos y consumidos.  Se podría decir que, a día de hoy, empieza a ser pandemia en nuestra sociedad. ¿Qué está pasando? ¿Estamos condenados a vivir con ansiedad?

Lo primero que debemos saber es que, nos guste o no, la ansiedad forma parte de nuestra vida. Es una señal de alerta que sirve para anticiparnos a un peligro, daño o desgracia presentes o futuros, ya sean éstos reales o imaginarios. Su función es proporcionar a la personas los recursos suficientes para enfrentarse a una amenaza mediante la lucha, la huida o, en último caso, el congelamiento. La ansiedad, por tanto, es evolutivamente necesaria.

Sólo cuando la ansiedad sobrepasa la intensidad manejable o supera nuestras capacidades se considera patológica. Es cuando nos provoca  síntomas a todos los niveles: físico, psicológico y conductual.

A veces la ansiedad también nos puede dar señales de situaciones pasadas sin resolver. En este caso hablaríamos de una angustia y es necesaria ayuda psicológica cualificada.
 

 SI QUIERES SABER MÁS LO QUE ES LA ANSIEDAD Y SUS SÍNTOMAS, LEE EL SIGUIENTE ARTÍCULO

¿Qué puedo hacer yo cuando tengo la ansiedad elevada?

Los consejos holísticos que aquí expongo son casi un estilo de vida ¿Por qué me refiero a ellos como “holísticos”? Pues porque cuanto más profundizo en la mente humana, más me doy cuenta que no la podemos ver como un elemento aislado.

El ser humano es un todo inseparable de sus genes, la evolución de su especie, el medio en el que se ha desarrollado como individuo y del medio que habita en el momento presente, donde cada elemento se influye mutuamente. Por eso es que aquí quiero dejaros una serie de hábitos desde diferentes vertientes para que podáis llevar un estilo de vida no ansiógeno:

A nivel social

Vivimos en una sociedad muy estresada: la alta cantidad de estímulos con los que debemos lidiar sobrepasa nuestras capacidades. A parte de esto, cada vez estamos más aislados y centrados en el desarrollo individual y de poder o éxito en detrimento del desarrollo de otros valores más sociales. Sin embargo el ser humano es un animal social, no individual. Por esto, si queremos disminuir la ansiedad o el estrés, es necesario ralentizar el modo de vida que llevamos y volver a conectarnos a lo comunitario. Diversos estudios demuestran cómo las ciudades, con su contaminación, ruido, paisajes de cemento, demanda laborales y soledad estresan el cerebro creando sintomatología ansiosa y depresiva. Por ello debemos incluir la naturaleza en nuestra vida, así como la calma, el silencio y actividades que estén por encima de nuestro ego. Te explico cómo:

  • Practicar los baños de bosque o Shinrin-yoku  (su nombre en japonés): nos ayudarán a calmarnos y disminuir la sensación de ansiedad. Practicar el salir del mundanal ruido los fines de semana o en vacaciones para retornar a espacios naturales será una de las mejores medicinas ansiolíticas y antidepresivas.

  • Cultivar espacios verdes y naturales: en tu hogar al poner plantas y flores cerca de ti, caminando por parques de tu ciudad, cualquier cosa vale.

  • Programar momentos del día para parar y reconectar contigo mismo, estar en silencio, meditar, etc.

  • Aumentar el espacio físico de tu hogar para que la mente fluya: tener demasiados objetos crea sensación de estar atrapados o estresados. El orden y reciclar o donar aquello que no necesites de tu casa disminuirá esta sensación de agobio. Apúntate al minimalismo.

  • Preparar reuniones con amigos donde puedas divertirte, hablar de temas que te interesen o simplemente fortalecer los vínculos.

  • Apagar las pantallas de todo tipo: ordenador, móvil, televisión. Los estudios demuestran que generan estrés y ansiedad.

  • Escoger muy bien qué ves, lees o qué personas acompañan tu día a día. Recuerda que todo afecta a nuestro estado de ánimo. Estoy segura que en más de una ocasión has sentido cómo después de estar con ciertas personas, tu energía tendía a disminuir. Cuidado con las personas, actividades o cosas que te “absorben” tu energía vital.

  • Cultivar una causa mayor o sentirte parte de una comunidad: ayudar y sentirnos ayudados aumenta nuestra sensación de sostén, de comunidad, de bienestar. Pertenecer a un grupo nos hace sentir parte de algo más grande que nosotros. Una buena opción para sentirnos valiosos es participar en eventos de todo tipo, aunque especialmente aquellos donde la ayuda sea el fin en sí mismo, por ejemplo un voluntariado.

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Aceptación de los procesos vitales: Las situaciones vitales dolorosas o difíciles como muertes, casamiento, separación de pareja, cambios de trabajo o de casa, son situaciones generadoras de ansiedad, aunque a priori algunas de estas situaciones sean positivas. Aprender que la vida es un flujo constante donde nada permanece inmutable es uno de los pasos más difíciles pero fundamentales a la hora de vivir sin ansiedad. Muchas veces necesitaremos ayuda profesional para lidiar con los embistes de la vida.

La alimentación: se ha demostrado que la alimentación también influye en nuestro estado de ánimo. Aquí tenéis algunas pautas que os ayudarán a regular el nivel de ansiedad:

  • Disminuir el consumo de carne
  • Reducir azúcar blanco refinado, bollería industrial….
  • No abusar de la cafeína o teína, pero se puede usar con moderación.
  • Aumentar el omega 3 (nueces, pescado azul…) y reducir el omega 6 (bollería, pastelería…)
  • Aumentar el consumo de vegetales y frutas, especialmente aquellas de colores naranjas, rojos y amarillos.
  • Aumentar alimentos ricos en tirosina (plátano, manzana, Sandía, hoja verde, pescado, legumbres..)
  • Aumentar alimentos ricos en fenilalanina: (cacahuetes, legumbres, almendras, levadura de cerveza…)


Trabajo con el cuerpo: La ansiedad se manifiesta a través del cuerpo, por lo que es entendible que gran parte de nuestro trabajo deba enfocarse en él:

  • El Mindfulness. Su objetivo no es tener ansiedad cero, sino aprender a tolerar mejor nuestros síntomas para no perturbarnos y descubrir qué nos genera la ansiedad. Desde mi punto de vista, una de las mejores prácticas para vivir desde la calma y la autoaceptación.

  • La respiración: Un ejercicio que suele ayudar es el siguiente: Inspira lento, retén el aire unos segundos, espira nuevamente despacio. Une este ejercicio a una visualización donde al inspirar te llenas de calma, al retener absorbes la ansiedad de tu cuerpo y al espirar la sacas del cuerpo mandándola lejos.

  • El deporte: un deporte moderado, sin “deberías” ni exigencias y especialmente en la naturaleza, ayuda a la regulación de las emociones y por supuesto, de la ansiedad.

Espero que os ayuden estos consejos. Recuerda que si la ansiedad es demasiado fuerte, siempre será necesaria ayuda profesional.

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Autora Sara Sarmiento

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