Nuevos tratamientos psicológico que mejorarán tu vida

Nuevos tratamientos que mejorarán tu vida

Te iremos presentando diferentes modelos terapeuticos para que conozcas como trabajamos. En este caso describiremos las llamadas terapias cognitivas de tercera generación, que llevan a cabo algunos terapeutas de nuestro centro.

Las terapias de tercera generación son un grupo de terapias psicológicas emergentes desde 1990, aunque no es hasta el año 2004 cuando se realiza la agrupación de las mismas. 

Utilizan procedimientos provenientes de los grupos de terapias de primera y segunda generación, pero introducen cambios importantes dentro de la psicoterapia. Modifican el foco de la intervención, situándolo no tanto en la demanda del paciente, por ejemplo: “Me siento triste” sino en el contexto de la persona y en su interior, en el núcleo de la persona, en lo que “llevamos dentro”, en las vivencias internas y externas que han desembocado en el estado actual de la persona, fomentado a su vez la motivación y la aceptación.

A continuación veremos en qué centran su atención para la intervención, este tipo de terapias para poder entenderlas mejor y comprender por qué los cambios que realizan es a nivel más profundo de cada persona, de adentro hacia afuera, para poder generalizarlos en las vidas de cada uno de manera personalizada, porque cada uno somos distintos. Por supuesto que hay muchas terapias que son válidas para un trastorno o sintomatología, pero más allá de todo eso, está la persona como ser individual, con sus circunstancias, con su pasado y con su mundo interior, que es lo que precisa de una intervención a nivel más profundo y específico.
 

Tratamientos que mejorarán tu vida: terapias de tercera generación

 
Las terapias de tercera generación precisan de un contexto, del contexto de la persona que demanda la terapia, por ejemplo pensad en una persona que acude a terapia porque su pareja ha roto con ella. Por supuesto y sea cual sea el tipo de intervención a realizar, lo primero es acoger a la persona y que se sienta a gusto, porque es un momento muy doloroso para ella.

Este tipo de terapias en este caso trataría de contextualizar la situación, centrándose no solo en la relación de pareja, sino en la persona en sí misma, en su historia de vida, en relaciones anteriores, en cómo se relaciona la personas en distintos ámbitos, tanto laborales como personales y os preguntaréis y ¿para qué, si la persona acude porque se encuentra triste. Pues para conocer el contexto y la situación de la persona, no somos seres aislados y lo que ocurre a nuestro alrededor, la manera en la que aprendemos de pequeños, cómo aprendemos a relacionarnos cómo los demás, cómo sentimos, todo influye en lo que nos ocurre.

De esta forma se ayuda a la persona, a mirar hacia adentro, es como si se pusiese delante de un espejo y pudiese ver con otros ojos su vida, le ayudará a conectar con sus emociones, a identificar lo que siente y a realizar cambios a nivel más profundo, más permanente, que puedan generalizarse a todos los ámbitos de su vida y no solo al de la pareja.

Fomentan también la aceptación de uno mismo sin juicios, sin valorar si somos buenos o malos (que si nos paramos a pensar es algo que a menudo no hacemos). Pongamos otro ejemplo, una persona que acude a terapia porque se encuentra muy cansada la mayor parte del día, triste, siente que no sirve para nada y no tiene ganas de nada la mayor parte del tiempo, algo que le está creando serías dificultades en su día a día.

Cuando la persona acude en este momento de su vida a terapia, suele sentirse desolada y tener un concepto de sí misma bastante negativo. Desde estas nuevas técnicas, se fomenta la aceptación de uno mismo, de nuestros, pensamientos, sensaciones, emociones, sin juzgarlas, sin intentar evitarlas, porque aunque en este momento estén descontroladas son adaptativas para la vida.

Se trata de aceptarlas para que pueda entenderlas, controlarlas y modificarlas, se pueden usar metáforas para explicarle a la persona a qué entienda mejor la necesidad de que acepte lo que está sintiendo y pensando sin juzgarse, como por ejemplo la metáfora del hoyo: “Seguir cavando, solo nos llevará a que el hoyo sea más profundo”. Parece algo muy simple, pero cuando una persona se encuentra tan desolada, créanme que algo así le resulta muy difícil de pensar por sí misma, porque se encuentra muy sobrepasada a nivel emocional y racional.

Por este mismo motivo necesita aceptarse, para no huir de sí misma, sino para poder trabajar en el cambio y en la creación y fortalecimiento de nuevas habilidades.

Proponen al paciente centrarse en el momento presente, en el aquí y el ahora y de esta manera también descentralizar su atención de su sintomatología. Supongamos por ejemplo una persona que acude a terapia porque padece ansiedad, además de lo comentando en párrafos anteriores, una de las intervenciones como por ejemplo la aceptación de sus miedos, sería ayudarle a aprender a centrarse en el momento presente, en lo que siente, en cómo se encuentra en cada instante, le ayudaría a dejar de concentrarse en los pensamientos que tanto le perturban y así poder focalizar su atención en las sensaciones corporales, para poder poco a poco ir controlando esa sintomatología que tanto le limita. Es algo que a todos nos ocurre, vivimos en el mundo de la inmediatez y en que todos vamos corriendo al trabajo, a por los niños, a reuniones, a cenas, etc., pero no nos paramos a darnos cuentas cómo nos sentimos en cada situación. No tanto en si nos sentimos bien o mal, sino cómo es ese malestar o bienestar en nuestro cuerpo, si tenemos el pulso acelerado, si sudamos, si temblamos, etc., y esa conexión es una herramienta muy poderosa a la hora de poder fomentar nuestro bienestar.
 

Más sobre las terapias de tercera generación: Tratamientos para mejorar tu vida

Otro de los focos de estas terapias es el diálogo, poniendo otro ejemplo, pensemos en una pareja que acude a terapia porque no puede más, no se soportan, discuten constantemente, perdiendo los papeles de manera verbal ambos y no pueden encuentrar una solución. En este caso, una de las intervenciones posibles sería la aceptación de lo que siente cada uno de ellos, por ejemplo si uno de los dos no acepta que la otra persona siempre llegue tarde cuando acuden a un evento, hay que fomentar la aceptación por parte de los dos para poder ir más allá, ¿qué ocurre para que siempre llegue tarde? ¿Qué sensaciones genera en ambos? ¿Siempre ha sido así o no? Esta comprensión es fundamental para poder ir más allá, para poder dialogar sin entrar en conflicto, porque acuden a terapia porque se quieren y quieren seguir siendo pareja. El punto de partida es no juzgar, es aceptar para fomentar el cambio en ambas direcciones y poder solventar las dificultades que les separan y antes no lo hacían.

Estos son los principios generales de las terapias de tercera generación que ayudarán a mejorar tu vida y lo que marca su diferencia con los grupos de terapias cognitivas anteriores anteriores. Me ha parecido interesante usar varios ejemplos para explicar cada uno de ellos, ya que estas técnicas se pueden utilizar conjuntamente y para una amplia variedad de trastornos y de síntomas.

Para concluir me gustaría hacer hincapié en la relación terapéutica que se establece con este tipo de terapias, una relación más cercana, en la que la historia de vida del paciente es fundamental, el conocerle en profundidad, ayuda en la terapia y en la mejoría, que es el objetivo final. El terapeuta es participe con el paciente, siendo conocedor y en muchas ocasiones participante del aprendizaje del paciente, algo que también le ayuda a la persona a motivarse y a valorar los logros que va consiguiendo.

Las principales terapias de tercera generación que ayudarán amejorar tu vida son: la Terapia Dialéctico-Conductual (DBT), la Psicoterapia Analítico-Funcional (FAP), la Terapia de Pareja Conductual Integrativa (IBCT), la Terapia Cognitiva Basada en la Conciencia (Mindfulness) (MBCT) y la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT).
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Autora: psicóloga Oceanía Marín
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