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Baja autoestima, cómo mejorarla con 10 simples consejos

Cómo saber si tengo baja autoestima y cómo puedo reforzarla
 

Una buena autoestima es esa capacidad de valorarnos y querernos tal cual somos. Saber que somos valiosos aunque algunos rasgos de nuestro carácter o físico no nos atraigan especialmente. La persona con buena autoestima sabe relacionarse consigo y con lo demás sin denigrarse, infravalorarse o culparse. La sensación general es de estar bien y a gusto con quien es, con la piel que habita. Una buena autoestima es un colchón de tranquilidad. Esto no quiere decir que no cambien cosas o no intenten mejorar, sino que lo hacen desde el amor y el respeto por sí mismos y no desde el odio y el rechazo.

Si ves que en tu vida algo no fluye quizás tu autoestima no esté bien equilibrada. Recuerda que si no te sientes valiosa, al final te acabas comportando como si no lo fueras y permitiendo que otros te traten mal, creando un círculo vicioso. En este artículo te enseño las claves para conseguir mejorarla.

Si quieres saber más sobre la autoestima entra en este artículo

¿Tengo yo una mala autoestima?

Lee la siguiente lista y marca los puntos donde te sientas identificado/a, si son muchos necesitas fortalecer la autoestima.

Yo:

  • No consigo ser feliz

  • Siento insatisfacción: me falta algo, puedo estar mejor, dar más de mí. Me centro más en lo que falta que en lo que tengo.

  • Tengo más cosas malas que buenas.

  • No tolero mis imperfecciones.

  • Me centro más en mis fracasos que en mis éxitos, no valoro mis esfuerzos.

  • Siento nervios ante retos o situaciones cotidianas, las siento como un problema que no puedo resolver o me supera.

  • Pienso que los demás me ven una persona rara, poco capaz…

  • Tengo que ser perfecto, al mínimo fallo me critico duramente.

  • Siento que los demás me dejan de lado, que no pertenezco.

  • Me siento evaluado en situaciones sociales.

  • No tengo nada que aportar a los demás lo que me inhibe en las relaciones, el trabajo…

  • Necesito la aprobación de los demás y me deprimo o enfado si no la tengo.

  • Delego en otros las decisiones vitales, no confío en mi criterio.

  • No confronto ni entro en conflicto con otros, prefiero perder o dejarme pisar a hacerme respetar o expresar mis deseos y desacuerdos. Cuando los expreso lo hago desde el enfado o el llanto.

  • Me siento inferior, me comparo y/o envidio.

  • Creo que tengo pocas capacidades y cuando consigo algo es por causas ajenas a mí, no por lo que yo valgo/hago.

  • Abandono las cosas cuando algo se complica o no me sale: “no sirvo para esto”, “no soy capaz”.

  • Tengo mala suerte en la vida.

  • No supero el pasado y me cuesta perdonarme y perdonar a los otros.

  • Evito el dolor, ya sea evitando situaciones y/o personas.

  • Acepto ideas sobre mi mismo sin ver la información que la contradice. Ejemplo: “soy un inútil” (aunque consiga éxitos) o ni siquiera lo haya intentado ni me haya dado oportunidad de cuestionar ese pensamiento. O vivo escapando de estas ideas: como no me quiero sentir inútil trabajo en exceso hasta estar agotado, por ejemplo.

Si te has sentido identificado/a sigue leyendo.

Ejercicios para mejorar la autoestima

Igual que no puedes correr una maratón sin entrenar pero sabes que con un buen plan de entreno podrías conseguirlo, con la autoestima también puedes avanzar si aplicas poco a poco estos ejercicios a tu vida. Recuerda, no hay fórmulas mágicas, solo constancia.

  • cuentra las causas de tu baja autoestima y trabaja en ellas: nuestra forma de ver el mundo y a nosotros mismos se gesta en la infancia. Tiene lógica que si fue en la infancia donde surgieron nuestras heridas, sea allí donde hay que volver para sanarlas. Cambiar la forma de ver a nuestros padres y nuestra vida, cuestionar nuestros miedos y etiquetas, cuidar a nuestro niño interior… Estas acciones son sanadoras y liberadoras.

  • Conócete y cambia tu diálogo interno: nuestro diálogo interno, nuestro peor enemigo. La crítica, la culpa, la vergüenza… Si no nos hablamos bien no podemos cuidarnos ni querernos. Es como si un niño tiene unos padres que en lugar de entenderle, le insultan: ¿cómo se sentirá ese pequeño? ¿se amará o se criticará? Observa cómo te hablas y empieza a cambiar la forma de hacerlo.

  • Ayuda a los demás: hacer algo positivo por los demás, tener una causa donde te sientas valioso te ayudará a ver lo necesario que eres, a sentirte parte de un grupo y a cultivar sentimientos y emociones positivas.

  • Practica la compasión: Ser compasivo y amable te hará sentirte mejor: cultivar un yo compasivo con ejercicios de meditación es un comienzo para aumentar esta capacidad tan sanadora.

  • Cuida de ti: Eso que buscas fuera debes cultivarlo en tu interior, sino siempre dependerás de otra persona para ser feliz. Conviértete en tu mejor amigo y protector, si te cuidas solo aceptarás personas que te cuiden.

  • Busca lo que te gusta: descubre las actividades que te llenan a ti, no por el reconocimiento ajeno. Piensa: ¿qué me hace feliz a mí si nadie pudiera verme? Apunta todo lo que se te ocurra y ponte manos a la obra. Recuerda evitar ponerte trabas y excusas. No pienses tanto y actúa.

  • Nútrete: Imagina que tienes hambre y necesitas comer, pero te dan a elegir entre pasteles de por vida, o una dieta rica y equilibrada. Quizás te atraiga la primera opción porque es sabrosa, sin embargo acabarás enfermando. Lo mismo ocurre con la autoestima: debes ser selectivo y elegir bien con quién te relacionas y compartes tu vida, qué lees, qué comes, etc. Es decir, escoge cosas que te nutran y te hagan bien y evita aquellas negativas, aunque las desees, porque al final, igual que con los bollos, lo pagarás muy caro.

  • Límites sanos: tanto para ti como para los demás. Poner límites no te dejará solo sino que te dará libertad y sensación de controlar tu vida. Por ejemplo: trabajar en exceso puede ser muy perjudicial y necesitas cogerte esas vacaciones que tanto bien te van a hacer; pararle los pies a una persona invasiva aunque eso conlleve una pequeña disputa (si te quiere intentará entenderte) te fortalecerá.

  • Toma decisiones: la incertidumbre genera ansiedad, por lo tanto para sentirte mejor y avanzar debes tomar tus decisiones y dejar de poner tu vida en manos de los otros o del azar. Aunque las cosas puedan salir mal serás tú quien tenga las riendas. Recuerda: los fracasos nunca son para siempre porque nada lo es. Si hoy fallas, mañana acertarás.

  • Haz mindfulness: tolerar tus emociones sin huir de ellas, fluir, entender que las cosas malas que piensas de ti son solo eso, pensamientos, descubrir que es tu mente la que crea sufrimiento. Si quieres saber como aplicar el mindfulness en tu vida diaria, entra en este artículo

Qué no es en una buena autoestima:

  • Creerte superior a los otros.

  • No ver los problemas y decirte que todo está bien siempre (esto es autoengaño).

  • No asumir responsabilidad en tu vida y así poder culpar a los otros de tus desgracias.

  • Querer ser feliz todo el tiempo: hay que aprender a convivir con las emociones que no nos gustan, la vida tiene momentos duros y si escapas del dolor generarás más sufrimiento.

  • Creer que cuanto más tienes o haces, más vales: necesitar objetos caros o una posición alta en la sociedad para sentirte valioso, bueno, atractivo…

  • Cuidar solo tu aspecto externo (imagen, cuerpo) y olvidarte de cultivar tu mente, tu salud y tus relaciones personales.

  • Aparentar una vida que no es real o querer vivir la vida de otra persona: cuidado con las redes sociales y las comparaciones, te alejarán de tu verdadera esencia y valía.

    Si necesitas ayuda para mejorar tu autoestima, entra en este artículo

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    Autora: Sara Sarmiento

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