Los diferentes tipos de traumas psicológicos

Tipos de traumas: ¿qué experiencias pueden ser traumatizantes?

 

Qué son los traumas psicológicos

Hoy en día, afortunadamente, es fácil encontrar información sobre los traumas, pues se empieza a tomar consciencia de que hay situaciones en la vida que causan un fulminante impacto emocional y social. Si bien todavía existen tendencias a minimizar los traumas, bien porque es una defensa natural el quitarles importancia para reducir ese impacto emocional; bien porque en ocasiones tienen consecuencias judiciales.

Si bien es Estrés Post Traumático empezó a estudiarse con los veteranos de guerra, actualmente la psicología considera numerosas experiencias como sucesos traumáticos. Hay varias clasificaciones que veremos en este artículo. En general, lo que tienen en común la experiencias potencialmente traumatizantes es que la persona vive que su integridad física, psicológica o moral está en peligro. Son situaciones que producen miedo, vulnerabilidad y desamparo. Si quieres conocer más sobre los traumas pulsa en este enlace.

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SI QUIERES LEER Y PROFUNDIZAR DE QUÉ ES UN TRAUMA PSICOLÓGICO Y SU TRATAMIENTO ENTRA EN ESTE ARTÍCULO

 

Tipos de traumas interpersonales o naturales

 

Una forma de clasificarlos es dividiéndolos en traumas interpersonales, provocados por otra persona, o traumas accidentales o naturales donde no interviene el ser humano. En ambos casos, se trata de situaciones que ponen en peligro la vida física, psicológica, o moral de la persona.

No provocados por el ser humano:

•   Accidentes de avión, coche, tren, laborales o incendios (cuando no hay una intencionalidad)

•   Desastres naturales como huracanes terremotos, o inundaciones.

Provocados por el ser humano:

•   La violencia criminal: atracos, asaltos, secuestros, ser rehén, acciones terroristas.

•   Violencia sexual: violación o intento de violación, abuso sexual infantil, incesto.

•   Abusos físicos o maltrato, como palizas, golpes, encierro, o tortura.

•   Acciones militares en guerras o asaltos.

Los traumas que están causados por otro ser humano, como la violencia física o sexual son más dolorosos o intensos porque entra en juego el debate moral de que hay una persona que ha provocado el daño y es responsable de este; a diferencia de la naturaleza, nadie culpa a los huracanes. También en esta categoría entran los traumas por omisión de ayuda, como el silencio de una madre frente al abuso sexual de su marido hacia su hija menor.

En estos casos, silenciar el abuso confunde más a la víctima y agudiza la percepción de estar desamparada y sin ayuda ante el peligro. En ese sentido, es un factor de riesgo para desarrollar estrés post traumático que el trauma sea causado por otra persona, pues las víctimas suelen tratar de dar respuesta al porqué: ¿por qué hay gente así? ¿por qué mi familiar me ha hecho eso? Es difícil encajar en la idea de un mundo benévolo que existan este tipo de daños de personas a personas.

Por ello, en los traumas interpersonales hay que abordar, además de la vivencia de horror, de peligro y vulnerabilidad; los sentimientos de rabia hacia el/la agresor/a y los deseos de venganza.

Trauma único o repetido

Otra forma de clasificarlos es atendiendo a la frecuencia, lo que permite dividirlos en sucesos únicos o trauma repetido. Este es el caso de la tortura, la violencia de género o el abuso sexual continuado, donde no se vive un único evento traumático sino que la persona está repetidamente en peligro,  lo que deja más huella emocional; afectando a la visión que tiene de los demás, de sí mismo y de su experiencia traumática.

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Puedes conocer como se produce el trauma del desapego entrando en este artículo

Esto se debe a que se produce la re-traumatización. Esto también se produce cuando hay un evento traumático en la infancia o adolescencia, y se produce de nuevo en la vida adulta, por ejemplo el incesto y posteriormente el abuso sexual de una pareja.

También hay fenómenos de re-traumatización sociales, por ejemplo cuando en los procedimientos judiciales se minimiza el impacto de los sucesos traumáticos, en los casos de abuso sexual, o se pregunta a la víctima porqué no reaccionó, se la responsabiliza de lo ocurrido.

Tipos de traumas de la infancia o de la vida adulta

También estaría la clasificación entre traumas de la infancia y de la vida adulta, que delimita los traumas de edad temprana y traumas de apego; frente a aquellos que se viven en etapas posteriores. En general, la edad temprana es un factor de riesgo para desarrollar estrés post traumático dado que los niños son más permeables y no tienen los mismos recursos que los adultos ante situaciones de alto impacto emocional.

Por su parte, los traumas de apego no necesariamente se deben a violencia en sí, sino a cuidadores que no responden adecuadamente a las demandas y necesidades del hijos. Lo habitual es que esto configure una forma de relacionarse en los niños, y unas creencias acerca de cómo es la realidad, cómo soy yo y cómo me van a tratar los demás.

En ese sentido, los traumas de apego suelen dar lugar a problemáticas en la vida adulta, tanto problemas en las relaciones, como trastornos de personalidad y otras problemáticas. Si quieres saber más sobre los traumas de apego, visita este enlace.

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CONOCE QUÉ ES EL TRAUMA DE APEGO Y SUS CONSECUENCIAS EN LA VIDA ADULTA

 

Tipos de tratma: Traumas “t” o “T”

 

Finalmente, otra clasificación son los traumas “t” y “T”, que se diferencian por la gravedad del suceso y la exposición de la persona al peligro. Cuando se trata de las “t”, son situaciones de alto impacto emocional para la persona pero donde no necesariamente su vida o integridad está en peligro, como es el caso de un duelo no resuelto por el fallecimiento de un ser querido, un trauma de apego donde nos hemos sentido repetidamente invalidados por nuestros padres, o incluso a veces una infidelidad amorosa.

Estos traumas no deben entenderse como menos graves de por si, pues es menos intenso en el momento y el peligro para la integridad es menor, pero pueden igualmente causar mucho dolor emocional: es la diferencia entre que te caiga todos los días una gota helada en la nuca, o que haya un tsunami; ambos perforan.

Los traumas “T” engloban los traumas interpersonales y naturales que se han descrito al inicio del artículo. Estos están más estudiados en la psicología académica, pero en la clínica son frecuentes por igual todos los traumas descritos anteriormente.

Este tipo de trauma implican experimentar un suceso traumático, pero también estar delante o tener conocimiento de que le ha ocurrido a un ser querido. Es decir, no se requiere estar en el evento para recibir el impacto de una situación traumática. Además, también se recoge la exposición repetida a detalles repulsivos de sucesos traumáticos, como sucedería a personal sanitario o fuerzas del orden.

En todos estos casos, la experiencia es extremadamente intensa, e implica la muerte inminente, amenaza a la vida, daño físico o lesión significativa, o amenaza a la integridad. Son momentos de tal terror que las personas que los viven desarrollan de un modo más generalizado, miedo a sentir sus sensaciones, porque sentir era algo que marcaba el peligro en ese momento.

 

Si quieres conocer cómo se abordan los traumas en terapia, visita este enlace.

 

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Autora: Candela Molina

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