El trauma de vivir en una guerra

EL TRAUMA DE VIVIR UNA GUERRA

EL TRAUMA PSICOLÓGICO DE VIVIR UNA GUERRA

 

EL TRAUMA DE LA GUERRA

En estos últimos años, varios son los hitos históricos a los que nos estamos enfrentando: ¿ Una pandemia, un desastre natural como el volcán de la Palma y actualmente una guerra?

Adultos y niños enfrentándose a pérdidas humanas, lugares arrasados, jóvenes civiles camino del frente, niños asustados, familias separadas, obligados a huir lejos de sus hogares y de su país de procedencia.

Como consecuencia del conflicto armado comienza a haber una escasez de las necesidades básicas, Y la escasez aumenta la inflación. Las muertes y la destrucción de hogares e infraestructuras es notoria, las migraciones, el caos, etc.

Un conflicto bélico, bien es sabido, que genera un gran impacto a nivel social y económico, pero ¿qué impacto tiene a nivel psicológico? ¿cómo es el trauma psicológico de vivir una guerra?

EL TRAUMA DE VIVIR UNA GUERRA

¿Qué consecuencias psicológicas puede generar la guerra entre Rusia y Ucrania para la población de ambos países?

Ante un suceso de tal envergadura es esperable que se presente un estado de ansiedad reactiva en la población, en este caso no estaríamos hablando de un trastorno psicológico, si no de una respuesta emocional y adaptativa, qué es acorde a la situación que la población rusa y ucraniana están viviendo.

La ansiedad reactiva, sirve al ser humano, como una forma de preservar la supervivencia y prepararse para la situación actual.  En este caso la ansiedad será un aliado. Si esta situación se mantiene en el tiempo dará lugar a una gran herida emocional en los adultos y especialmente en los niños:  trastornos psicológicos o emocionales.

Como un conflicto bélico afecta a nivel psicológico, es algo que lleva estudiándose décadas. En este tipo de estudios se ha observado que los trastornos psicológicos más comunes son:

EL TRAUMA DE VIVIR UNA GUERRA
  • Como consecuencia a la exposición de forma directa o indirecta a una catástrofe y suceso aterrador de este tipo, las personas pueden presentar un trastorno por estrés agudo. Está generado por el daño que provoca la situación, puede ser que la persona la haya vivido en primera persona, como por ejemplo todos los ciudadanos que están huyendo de su país o bien personas que están fuera del país, pero ven como sus amigos o familiares están sufriendo.
  • Los trastornos disociativos también son comunes en este tipo de catástrofes. Disociarse es desconectarse a nivel emocional de lo que nos rodea o está aconteciendo. Es un mecanismo de protección que nuestro cerebro pone en marcha buscando, nuevamente, la supervivencia. A pesar de ser un mecanismo de protección, se cobra un peaje por ello. Pues al ser recuerdos, emociones y vivencias que nuestro cerebro ha bloqueado, la persona no procesará lo ocurrido, pero se quedan guardados con la misma intensidad emocional con la que se ha vivido. Estas vivencias, en un momento dado podrán volver a activarse y pueden volver a reexperimentarse.
  • En este tipo de casos es común la aparición de un trastorno ansioso – depresivo, debido a la exposición de los eventos traumáticos, la incertidumbre, la desesperanza o la pérdida.

Muchos son los síntomas que pueden aparecer en una persona que vive directamente un suceso traumático, como lo es un conflicto bélico y que están incluidos en los trastornos mencionados anteriormente: Somatizaciones, problemas de sueño, hiperalerta, apatía, flashbacks, pesadillas, pensamientos negativos, problemas de memoria, pérdida del disfrute, entre otros.

¿Qué consecuencias psicológicas genera un conflicto bélico en los niños?

En este tipo de conflictos, los niños son la parte más vulnerable, pues están en pleno desarrollo del cerebro y esta es una situación que les marcará de por vida.

Dejar su colegio, sus amigos, su familia, su país, para empezar una vida nueva en lugar desconocido y con un leguaje diferente. Convivir con los bombardeos, el miedo, la escasez de alimentos. Convivir con situaciones extremas de estrés puede generar problemas psicosociales a largo plazo en el niño.

La vivencia de un trauma en la infancia puede afectar a nivel estructural en el cerebro y puede generar la aparición de una serie de síntomas:

  • Problemas de aprendizaje
  • Problemas relacionales con los demás
  • Problemas de comportamiento y de regulación emocional
  • Disociación
  • Impulsividad
  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
  • Depresión y/o ansiedad
  • Terrores nocturnos
  • Abusos de sustancias
  • Mayor reactividad ante el estrés
EL TRAUMA DE VIVIR UNA GUERRA

Hasta este momento hemos visto como afecta la guerra entre Rusia y Ucrania a los habitantes de ambos países, a las personas que tienen que vivir y huir de este suceso tan aterrador. Pero ¿cómo afecta psicológicamente lo que sucede en Ucrania a las personas que no vivimos la guerra directamente?

Tras dos años de pandemia, con restricciones sociales importantes, sin que la normalidad vuelva a ser como la conocíamos, la población se encuentra desgastada y agotada emocionalmente, muy posiblemente la reacción de la mayoría haya sido, “¿Otra cosa más?”.

Hay cierto miedo, incertidumbre e inquietud: ¿este conflicto generará un conflicto mayor? ¿qué más consecuencias va a traer consigo? Son muchas las preguntas que nos rondan en la cabeza y qué su respuesta es difícil de saber y controlar.

Es evidente, como la guerra nos afecta a todos a nivel emocional y a nuestro estado de ánimo. Ver imágenes de personas sufriendo, huyendo, fallecidas, hace que empaticemos con esas personas y nos genere cierto malestar.

Este malestar es muy diferente a que pueda generarnos algún tipo de trastornos, pues no estamos viviendo esta situación en primera línea. Empatizar y llorar con ciertas imágenes, es humano y normal, pero como adultos podemos relativizar la manera en la que esto puede afectarnos, en cambio los niños no.

Estos cuando no obtienen toda la información necesaria o no la entienden van a dar respuesta a través de la imaginación, por ello es importante compartir con ellos la realidad.

Por tanto, es sumamente importante hablar con los niños de lo que está sucediendo y permitirles que expresen sus temores y preocupaciones. Siempre con un lenguaje y una cantidad de información determinada acorde a su edad.

 

¿Cómo podemos hablar de la guerra con los niños?

EL TRAUMA DE VIVIR UNA GUERRA

En primer lugar, nosotros como adultos es importante que compartamos las inquietudes, miedos y dudas que está situación nos pueda generar.

Para tratar el conflicto entre Rusia y Ucrania con un menor es fundamental:

  • En primer lugar, preguntarle qué sabe sobre lo qué está pasando y que exprese cómo esto le hace sentir. Posiblemente con mucho miedo.
  • Explicarle qué está pasando, con un lenguaje adaptado a su edad y dando una información breve, concisa pero esclarecedora.
  • Es importante generar un espacio de seguridad donde el menor pueda hablar de estos temas sin vergüenza y un espacio dónde se atienda sus preocupaciones y dudas.
  • Acotar la información e imágenes que puedan aparecer en televisión.

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  Autora: Lidia G Asensi

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