El Síndrome de Wendy

El síndrome de Wendy

A que nos referimos con el sindrome de Wendy

Qué factores estan detras de su origen, cuales son sus caracteristicas y como abrodarlo. 

Sus sollozos despertaron a Wendy, que se sentó en la cama.
No la alarmó ver a un desconocido llorando en el suelo del cuarto,
solo experimentó un agradable interés

(Fragmento de Peter Pan, de James M. Barrie

A menudo las personas estamos tan empañadas de nuestra propia historia, de nuestro día a día, que nos aleja de saber cómo podemos funcionar en el mundo, qué lugar estamos ocupando o con qué aspectos de la vida enganchamos, así que pese a no estar en los manuales diagnósticos como tal,  profundizar en personajes de ficción para poder perfilar ciertas estructuras y/o características de la personalidad, nos ayuda a poder identificarnos, a tender(nos) un puente entre aquello aparentemente ficticio con la realidad.
 
Wendy, la niña que cosió la sombra de Peter Pan, no es solo un personaje de ficción de la obra teatral de James Matthew Barrie. Al igual que hay adultos que de forma más o menos consciente se niegan a crecer como Peter Pan, también hay Wendys que consagran su vida a cuidar a sus personas queridas.
 
En la historia de Peter Pan y Wendy se reproduce muchas de las formas de relación afectiva que encontramos en la actualidad. Orientando la mirada hacia esta última, podríamos describirla como una persona dulce y complaciente, responsable, cuidadora, soñadora, sonriente y amable, la que se hace cargo de sus hermanos pequeños de forma maternal; traduciendo estas cualidades de cuento aparentemente agradables a la estructura psíquica real de una persona (principalmente mujer).

El sindrome de Wendy, se materializaría en un sufrimiento constante en intentar satisfacer todas las necesidades de la persona o personas que cree a su cargo.

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¿Qué hay detrás del Síndrome de Wendy?

Es importante señalar que el síndrome de Wendy no tiene entidad clínica reconocida, es decir, no es una enfermedad mental contemplada en los principales manuales diagnósticos, por lo que tildarlo de patología sería un error.

Sin embargo, si es interesante reflexionar acerca de este síndrome, ya que es un término que ha penetrado en el imaginario colectivo y forma parte ya de la cultura popular (al igual que el Síndrome de Peter Pan) y como tal recoge muchas de las vivencias relacionales de una población criada bajo el patriarcado, muchos de los conflictos personales derivados de la idiosincrasia de la personalidad, los modelos de crianza y experiencias afectivas a lo largo de la propia vida.

El Síndrome de Wendy consiste en la necesidad absoluta de anteponer sistemáticamente los deseos de otra persona a los propios, una necesidad que sería casi como una norma de conducta que muchas mujeres siguen en sus relaciones afectivas, ya sea con sus parejas e hijos como con amigos o compañeros de trabajo y, como pasa con otra serie de necesidades que enganchan con nosotros, en esta ocasión a la persona que puede verse reconocida como Wendy, le mueve una incansable búsqueda de ser aceptada y un miedo atroz al rechazo y a la soledad.

 
Es posible, que las mujeres que puedan identificarse, este sindrome y por lo tanto,  con este dilema de Wendy hayan podido ser educadas para estar en un segundo plano en vez de protagonistas de sus propias vidas, primero siendo “hijas de”, para pasar a ser “esposas de” y posteriormente “madres de”.

Por otra parte, en nuestra sociedad está bien considerado sacrificarse por amor, se podría decir que es una forma de vincularse en nuestras relaciones socioafectivas; suele ser visto como un signo de “buena” esposa o “buena” madre. Según esta creencia la mujer podría quedar atrapada en el rol de madre “todopoderosa”.

En cambio, la entrega a los demás puede enmascarar un temor inconsciente a dirigir la propia vida y a lucha por los proyectos más personales. El sacrificio conlleva una renuncia que a largo plazo puede convertirse en reproche o conllevar síntomas depresivos.

¿Qué características pueden aparecer cuando hablamos de síndrome de Wendy?

  • Siente la necesidad de cuidar y proteger a los demás asumiendo una figura maternal, terminando por asumir el papel de padre o madre de su pareja.

  • Necesidad imperiosa de satisfacer al otro, de darlo todo, olvidándose de sí, como consecuencia del miedo al rechazo que manifiestan.

  • Buscan siempre hacer la vida más fácil a quienes le rodean, principalmente a su pareja o hijos, insistiendo en hacer las cosas y asumiendo responsabilidades de otra persona. Por ejemplo: asumiendo todas las responsabilidades del hogar para que ellos no tengan que hacerlo, hacerle los deberes a su hijo o despertarle para que no llegue tarde al cole a pesar de tener edad de hacerlo solo.

  • Concepción del amor como sufrimiento, por lo que adoptan un rol sumiso

  • Sentimientos de inferioridad

  • Temor al abandono

  • Fuerte necesidad de sentirse imprescindible

  • Necesidad de complacer y agradar a los demás, buscando la aprobación y aceptación por encima de todo, con el fin de hacerles felices para evitar enfrentarse al temor a ser rechazadas y no ser queridas.

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En la medida en que estas piezas del puzzle de estas personas van tomando esta forma y están abocadas a complacer a los demás, va dando lugar en cierta medida a una invisibilización de sus propias opiniones, de sus necesidades y proyectos vitales, por lo que, bajo la dinámica de Wendy,  siempre habrá un otro que le acomode esta funcionalidad.

Entonces, ¿cómo se puede abordar?

Las consecuencias para una persona que sufre el sindrome de Wendy parecen claras, agotamiento, ansiedad, poca autoestima… Es importante poder darnos cuenta que cada persona tiene su autonomía, no tiene por qué vivir siendo el espejo de los demás, ni cargando con su propia tensión emocional y la de su entorno, y poder tomar consciencia de que si alguien ha de quererla, sea por lo que es y no por lo que hace o por ser la contenedora emocional de sus conflictos.

A veces una de las vías para este “darse cuenta” pasa por poder abordarlo a través de un proceso de autoconocimiento que desde nuestro centro Cepsim podemos proporcionar.

Aprender habilidades de inteligencia emocional para lidiar con las demandas de los de nuestro alrededor, poder dejar caerse en otro y que me sostenga, no tener todo resuelto o controlado, dar forma a nuestros límites con una palabra casi vetada – la del no – y la posibilidad de esclarecer las causas no tan conscientes que nos determinan, serían objetivos importantes que desde nuestro equipo podemos facilitar. !!!Llámanos!!!!

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Autora: Mar Argüello
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