Trastorno Mixto Ansioso Depresivo
Trastorno mixto ansioso depresivo. características síntomas y tratamiento
Normalmente hablamos de trastornos depresivos o trastornos de ansiedad, pero no es tan común escuchar hablar sobre el trastorno mixto ansioso depresivo. Es una problemática que no se abarca en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM 5), pero sí en la Clasificación Internacional de las Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (CIE 10).
¿En qué consiste este trastorno mixto ansioso depresivo?
La sintomatología ansiosa es la que presenta una mayor prevalencia en la población general, pero sin alejarnos mucho, nos encontramos también con una incidencia elevada de sintomatología depresiva.
Ambas comparten aspectos en común y es muy habitual en casos de personas que sufren depresión que podamos encontrar rasgos ansiosos y viceversa. En estos casos, las personas que sufren un trastorno depresivo con rasgos ansiosos o al revés, pero en el caso del trastorno mixto ansioso depresivo, son personas en las que no encontramos una mayor repercusión de un rasgo que de otro.
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¿Qué aspectos podríamos señalar como factores comunes entre la ansiedad y la depresión?
Como he mencionado anteriormente en el trastorno ansioso depresivo, la sintomatología ansiosa y depresiva parecen guardar una especie de relación amistosa, en el momento que aparece una, es muy probable que aparezca la otra, por lo tanto, se deduce que la base de su aparición puede ser muy parecida, incluso llegando a mezclarse una con la otra.
En terapia, vamos a intentar averiguar qué nos ha ocasionado este malestar, entendiéndolo como un aviso de que algo dentro de nosotros no está bien. La ansiedad, es una respuesta fisiológica, una señal de alerta y el estado de ánimo bajo, la desesperanza, irritabilidad, es una posible consecuencia de una cadena de factores que nos han acabado provocando estos sentimientos.
Como rasgos comunes destaca el dolor emocional. La causa de este dolor va a depender de cada persona. Y es muy importante solucionar aquello que nos lo ha provocado, para poder solucionar de raíz tanto los rasgos de ansiedad como los de depresión.
En el trastorno ansioso depresivo, también aparece un sentimiento profundo de incapacidad por realizar tareas o actividades de la vida diaria o un miedo intenso a la realidad que nos rodea. Como podéis ver, todo esto es muy característico y no es tan sencillo como que desaparezca la ansiedad o el estado de ánimo bajo, hay que buscar la causa, a veces nos encontramos que debajo de estos rasgos, hay otras problemáticas, como pueden ser problemas de pareja, de familia, violencia, baja autoestima, etc..
En personas que presentan ambos rasgos ansiosos depresivos, también aparece como aspecto común entre ellos, la sensación de desmotivación o una falta de energía vital. Al combinar ansiedad y depresión, también nos vamos a encontrar hipervigilancia, producto de la sintomatología ansiosa, y esto nos va a ocasionar una especie de “subidón” de energía, que con la sintomatología depresiva no encontramos.
¿Cómo se diagnostica el trastorno ansioso depresivo?
Aparece una preocupación irracional y abundante sobre temas a veces poco importantes o verdaderamente amenazantes, dificultad para mantener la concentración, un estado de hipervigilancia que genera tensión y desesperanza y desmotivación.
Estos síntomas tienen que tener una duración de al menos dos semanas o un mes y haber aparecido ambos en un mismo periodo de tiempo. Además, en caso de que haya habido alguna experiencia dolorosa o la presencia de otro trastorno, no podría diagnosticarse el trastorno mixto ansioso depresivo.
También es interesante comentar que durante la presencia de este trastorno, tienen que aparecer síntomas vegetativos como pueden ser: taquicardias, dolores intestinales, temblores, etc..
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Para llevar a cabo un diagnóstico a través del CIE 10, no pueden cumplir los criterios diagnósticos de un trastorno depresivo o ansioso únicamente. Así como, los síntomas no pueden ser lo suficientemente graves como para poder realizar dos diagnósticos, uno de depresión y otro de ansiedad.
Por último destacaría que las personas que padecen trastorno mixto ansioso depresivo, al no presentar sintomatología intensa o grave, no suelen acudir a terapia o pedir ayuda. Me gustaría decir que no es necesario resignarse ante el dolor emocional o ante la ansiedad continua, no quiero decir con esto que haya que luchar contra ello, al contrario, hay que entender el contexto y a la persona y ver esto como un aviso de que algo en tu interior está pasando y es importante que empecemos a escucharlo de una forma más compasiva y curiosa.
Si te has sentido reflejado con esta sintomatología o no estás pasando por una buena época, mi recomendación es que busques ayuda, de la forma que necesites y puedas e intentes entender cómo has llegado a esa situación y lo más importante, poder atravesarla y salir de ella fortalecido.
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Autora: Carolina Lejárraga
